¿Has cantado alguna vez durante una clase de yoga o meditación, o accidentalmente por tu cuenta, y has experimentado una profunda sensación de calma? He aquí por qué funciona y por qué deberías probarlo….
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Tu cerebro y el mantra
Durante miles de años, los yoguis han sabido que los mantras (o yapas), ya sean cantados, susurrados o recitados en silencio, son una poderosa herramienta de meditación y curación. La ciencia occidental se está poniendo al día.
Los neurocientíficos, equipados con herramientas avanzadas de imagen cerebral, están confirmando algunos de los beneficios para la salud de esta antigua práctica, como su capacidad para ayudar a despejar la mente y calmar el sistema nervioso.
Las investigaciones demuestran que no importa si recitas un antiguo mantra sánscrito como Sat Nam, el Padre Nuestro o cualquier sonido, palabra o frase. Mientras repitas algo con atención completa, obtendrás resultados.
Herbert Benson, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard, está especialmente interesado en lo que provoca un estado de meditación que él llama «respuesta de relajación». Ha experimentado con sujetos que repiten mantras sánscritos y palabras no religiosas como «uno». Ha descubierto que, independientemente de lo que repita el practicante, la palabra o la frase tiene esencialmente el mismo efecto: la relajación y la capacidad de afrontar mejor los factores de estrés inesperados de la vida.
Las raíces del mantra
La palabra mantra procede de dos palabras sánscritas: manas (mente) y tra (herramienta). El mantra significa literalmente «una herramienta de la mente» y está diseñado para ayudar a los practicantes a acceder a su verdadera naturaleza y a su poder superior.
El mantra es una vibración sonora en la que enfocamos conscientemente nuestros pensamientos, emociones e intención superior. Con el tiempo, esta vibración se adentra cada vez más en tu conciencia, ayudándote a sentir su presencia como shakti, una fuerza poderosa y sutil dentro de cada uno de nosotros que nos guía hacia estados de conciencia más profundos.
Uno de los mantras más universales que se recitan es la sílaba sagrada hindú Om o Aum, considerada el sonido de la creación del universo. Se cree que el Aum contiene todas las vibraciones que han existido y existirán, es la raíz energética de otros mantras más largos, como Om namah shivaya («inclínate ante Shiva», siendo Shiva el Ser interior o la verdadera realidad) y Om mani padme hum (que significa «joya de loto» y se interpreta como «Al practicar un camino que une el método y la sabiduría, puedes transformarte en el cuerpo, la palabra y la mente puros y exaltados de un Buda»).
Estos populares mantras hindúes están en sánscrito, pero los mantras tienen profundas raíces en todas las principales tradiciones espirituales y existen en muchas lenguas, como el hindi, el hebreo, el latín y el inglés. Un mantra común para los cristianos es simplemente el nombre de Jesús, mientras que los católicos suelen repetir el Ave María o la oración del Ave María. Muchos judíos recitan Barukh atah Adonai («Bendito seas, Señor») y los musulmanes repiten el nombre de Alá como un mantra.
Cómo dar vida a un mantra
La coherencia es la clave, sea cual sea el mantra que elijas.
Das vida a un mantra practicándolo regularmente durante un periodo de tiempo, meses o incluso años. Es un poco como frotar dos piedras para encender el fuego. Frotar las sílabas en tu conciencia, concentrarte en volver al mantra una y otra vez y, sobre todo, prestar atención a la sensación sentida de la resonancia del mantra en tu conciencia, acabará abriendo la energía del mantra y dejará de ser sólo palabras para convertirse en una energía viva que puedes sentir cambiando tu estado interior.
La mayoría de los profesores recomiendan que empieces sentado o tumbado en una posición cómoda y repitas el mantra en silencio mientras inhalas y exhalas. Cuando entren pensamientos o sentimientos en tu mente, toma conciencia de ellos y repite el mantra de nuevo en silencio. Los practicantes avanzados deberían tener su mantra repitiéndose en su mente en todo momento, independientemente de lo que estén haciendo.
Dedica unos minutos al día a practicarlo, unos 20 minutos o más. Varias tradiciones recomiendan seguir con un mantra durante al menos unos meses antes de cambiar a otro, para profundizar en tu práctica y cultivar una sensación de facilidad, presencia y paz. Tienes que practicar, a menudo durante mucho tiempo, antes de que un mantra se abra realmente a ti.
Elige tu mantra
Tu mantra puede ser antiguo y probado en el tiempo, en sánscrito o también puede ser una palabra o frase en cualquier idioma que te reconforte, te inspire o te sirva de base.
He aquí algunos ejemplos:
- Creo en mí
Este mantra puede ayudarte en momentos de cambio, donde hay que tomar decisiones que definirán el rumbo de tu vida. O cuando te sientas a la deriva y necesites un fuerte apoyo - Estoy aquí
Este mantra se canaliza en el corazón. Recítalo cuando necesites conexión a tierra y estabilidad. - Om
El Om o Aum, a menudo cantado tres veces, tiene su origen simbólico en la energía divina o Shakti y sus tres cualidades principales: creación, conservación y liberación. El mantra, o vibración, procede del hinduismo y se considera que tiene un alto poder espiritual y creativo.